Cuál es el papel de la tecnología en la seguridad y el rescate minero

La minería está plagada de riesgos. Aunque los avances en seguridad, prácticas operativas y normativa han contribuido a reducir considerablemente el número de víctimas mortales en la minería en las últimas décadas, los accidentes -incluidos los mortales- siguen siendo un riesgo para los mineros de todo el mundo.   

A mediados de marzo, cuando los equipos de rescate recuperaban el cuerpo de un minero australiano de 37 años en la mina de oro Mount Clear del país tras un derrumbe subterráneo, ya habían comenzado las recriminaciones. El incidente -que supuso el rescate de 28 trabajadores atrapados y dejó a otro minero luchando por su vida- «debería haberse evitado», según el secretario de la sección de Victoria del Sindicato Australiano de Trabajadores, Ronnie Hayden. 

Alegó que el equipo estaba perforando manualmente en condiciones que no deberían haberse exigido. «Este tipo de perforación no debería utilizarse para realizar este tipo de trabajo», afirmó, sugiriendo que se estaba llevando a cabo en un terreno sin apoyo.

A pesar de la evolución de los procedimientos de seguridad mejorados, las normativas más estrictas y la abundancia de nuevas tecnologías, la industria minera aún no ha podido eliminar las víctimas mortales. En Estados Unidos, el Departamento de Trabajo declaró el año pasado que un total de 42 mineros habían muerto, un 31% más de un año a otro, y calificó la cifra de «preocupante».

La seguridad minera es una cuestión multidimensional

«Cada subsector minero, y de hecho cada mina, se enfrenta a retos únicos relacionados con la salud y la seguridad», explica un miembro del equipo directivo del Programa de Minería del Instituto Nacional de Seguridad y Salud en el Trabajo (NIOSH) de Estados Unidos. «Mientras que algunos peligros del sector están bien caracterizados y cuentan con controles conocidos, los riesgos para la salud y la seguridad en la minería, así como nuestra comprensión de estos riesgos, son dinámicos». 

Hay numerosos factores en juego a la hora de crear minas y prácticas mineras seguras: una normativa estricta y adecuada, una buena gestión de la mina, una mano de obra cualificada y bien mantenida, y poner la salud y la seguridad por encima de todo. La tecnología es parte integrante de esta estructura crítica, si se emplea correctamente.   

Aunque algunos peligros del sector están bien caracterizados y cuentan con controles conocidos, los riesgos para la salud y la seguridad en la minería, así como nuestra comprensión de estos riesgos, son dinámicos.

No cabe duda de que los avances tecnológicos están desempeñando un papel importante a la hora de abordar los temores en materia de seguridad. Pero, como subraya el NIOSH, para aplicarlos con éxito es necesario contar con la participación de los empleados, con el apoyo de una mejor formación, un tiempo de transición adecuado y una evaluación de las repercusiones en la salud y la seguridad.   

Tecnologías remotas y autónomas para búsqueda y rescate

Un ámbito en el que la automatización y las operaciones remotas están teniendo un gran impacto es el de la búsqueda y rescate en las minas. 

Todos estamos familiarizados con las noticias de mineros atrapados durante horas, días y, a veces, semanas, mientras los equipos de rescate y sus seres queridos se encuentran en la superficie y son conscientes de los peligros que puede entrañar un acceso tardío. Lo ocurrido en la mina de cobre de San José, en Chile, en 2010 -donde 33 hombres esperaron meses para ser rescatados- puso de manifiesto los riesgos a los que se enfrentan los mineros en cada turno. El ahora tristemente famoso, aunque exitoso, rescate fue sólo uno de los muchos casos en los que los trabajadores se han enfrentado a una espera incierta.   

Más recientemente, se encontraron los cadáveres de ocho mineros días después de una inundación en la mina de zinc de Perkoa, en Burkina Faso. El incidente, provocado por unas lluvias inesperadas durante la estación seca del país, dio lugar a la condena por homicidio involuntario de dos altos directivos que trabajaban para la empresa minera canadiense Trevali. A mediados de febrero, nueve mineros quedaron atrapados en la controvertida mina de oro de Üçler, en la provincia de Erzincan, al este de Turquía, tras un corrimiento de tierras.

Estos incidentes vuelven a poner de manifiesto los peligros a los que se enfrentan los mineros y las dificultades a las que se enfrentan los equipos de rescate. Pero la tecnología está ayudando, como en el caso de Turquía, donde las autoridades se esforzaron por señalar que se habían utilizado drones para localizar a las víctimas. Encabezados por un equipo de la Autoridad de Gestión de Desastres y Emergencias del país, los equipos de rescate utilizaron al menos cinco drones como parte de sus esfuerzos de búsqueda.   

Con capacidades como las cámaras de infrarrojos y las imágenes térmicas, los drones pueden localizar al personal, reduciendo potencialmente el tiempo que se tarda en iniciar un rescate. Sin embargo, sólo son útiles en algunas circunstancias. Cuando un incidente se produce fuera del alcance de los vehículos aéreos, se necesitan otras tecnologías, incluidos robots que puedan llegar donde los rescatadores no pueden: a menudo, un derrumbe o una explosión pueden hacer que los entornos sean inseguros debido al espacio limitado, la falta de oxígeno, la presencia de gases peligrosos o la escasa visibilidad.