Digital Twins: ¿Cómo mejorar la sostenibilidad de nuestras actividades con esta tecnología?

Con una regulación cada vez más estricta en todos los sectores, una estrategia sólida en materia medioambiental, social y de gobernanza (ESG) no sólo tiene que ver con la reputación, sino que también tiene sentido desde el punto de vista comercial.

Las empresas con una buena estrategia ASG tienden a beneficiarse de una mejor valoración, mejores préstamos de bancos e inversores que dan prioridad a la ASG, y propuestas de empleo enriquecidas para los solicitantes de empleo en este mercado competitivo.

Sin embargo, aunque construir un sólido historial de ASG es difícil en cualquier sector, en pocos es la tarea más exigente que en el entorno construido.

Los edificios son responsables de hasta el 40% del consumo mundial de energía y del 33% de las emisiones de gases de efecto invernadero.

La producción de cemento no sólo es el mayor contribuyente al carbono en el entorno construido, sino que su fabricación también representa alrededor del 7% de las emisiones mundiales de CO2.

Y los responsables de la toma de decisiones se enfrentan ahora a otro reto: reducir el carbono generado por el propio activo construido, también conocido como carbono incorporado.

Esto incluye las emisiones causadas por la extracción, fabricación, procesamiento, transporte y montaje de cada producto y elemento de ese activo.

Se prevé que el carbono incorporado represente casi el 50% de la huella de carbono total de las nuevas construcciones de aquí a 2050.

Por muy urgente que sea la necesidad de espacios sostenibles, es difícil elaborar una estrategia medioambiental coherente para el entorno construido. Recopilar la compleja red de datos medioambientales en un solo lugar puede ser una ardua batalla, por no hablar de su explotación en busca de información.

La razón es que, en muchas organizaciones, la mayoría de los datos son "datos oscuros" que existen en formatos dispares y sistemas aislados a los que los responsables de la toma de decisiones no pueden acceder de forma holística, y mucho menos interpretar.

Y luego están los datos sobre emisiones y otras partículas invisibles que puede que ni siquiera se hayan capturado todavía.

El papel de los gemelos digitales en la sostenibilidad

Ahora, sin embargo, gracias a un nuevo conjunto de tecnologías, los responsables de la toma de decisiones disponen de más medios que nunca para recopilar, conectar y comunicar sus datos.

En el ámbito de la sostenibilidad, quizá el más potente de ellos sea el gemelo digital, una minería en 3D de su espacio que, cuando se conecta a varios conjuntos de datos del mundo real, sirve como una recreación viva y respirante de una faena o activo minero.

Responde y se comporta como su homólogo en el mundo real, un gemelo digital permite a los responsables de la toma de decisiones gestionar cualquier cosa en su espacio de forma remota.

Desde el conocimiento y la gestión de las emisiones medioambientales hasta la previsión del rendimiento futuro de cualquier activo o espacio, los gemelos digitales se están convirtiendo rápidamente en indispensables.

Para los planificadores de la sostenibilidad, uno de los conjuntos de datos más importantes para un gemelo digital eficaz procede de los sensores medioambientales y sanitarios.

Estos dispositivos, que controlan elementos "invisibles" como las emisiones, los contaminantes, la humedad y el ruido, generan un flujo constante de datos medioambientales que ofrecen información muy valiosa sobre el rendimiento de los activos en función de una serie de criterios acordados.

¿Cómo se combinan la inteligencia visual y los gemelos digitales

digitales?

Hay que capacitar a las personas para que actúen en función de estos conocimientos, y para ello se necesita un nivel avanzado de comunicación: algo que comunique constantemente, que proporcione orientación dinámica e inteligencia procesable a las personas que realmente la necesitan.

Este nivel avanzado de comunicación se denomina Inteligencia Visual (VQ).

La VQ está mejorando rápidamente nuestra capacidad de comprender, comunicar y responder a lo que nos dicen los datos de su gemelo digital.

Es la práctica de convertir los datos de mera información en una fuente dinámica de inteligencia visual y procesable para todos los que participan en el funcionamiento de su entorno construido.