“Necesitamos ver a la minería como un vehículo para el progreso, como una oportunidad de desarrollo”

Revista Tecnología Minera (RTM): Teniendo en cuenta el informe de la Comisión para el Desarrollo Minero Sostenible, ¿cuál sería la piedra angular para afianzar la sostenibilidad del sector minero?

Zetti Gavelán (ZG): El Informe de la Comisión para el Desarrollo Minero Sostenible es un documento muy completo que recoge importantes recomendaciones para la industria, entre las que destacan 11 recomendaciones estratégicas y 81 recomendaciones específicas, sobre 5 ejes claves: entorno social, gestión ambiental, gestión regulatoria, aporte fiscal y usos de los recursos, y, finalmente, formalización.

En cuanto a la implementación, muchas de las medidas recomendadas son de rápida aplicabilidad; sin embargo, se necesita de una fuerte voluntad política del Estado y del compromiso de todos los actores para lograr la necesaria sostenibilidad del sector.

Desde mi perspectiva, considero que la piedra angular es la necesidad de llevar nuestra minería, la de todos los peruanos, a nivel de política de Estado y, sobre ese marco, desarrollar todas las recomendaciones del informe.

RTM: En ese sentido, continúa siendo fundamental dar el respaldo a la actividad minera nacional…

ZG: Así es. Reconocer a nuestra minería como actividad de interés nacional, es fundamental, dada su naturaleza esencial en nuestra economía y por ser un vehículo de desarrollo.

Aun así, es absolutamente necesario que sea definida en un marco que efectivamente permita el desarrollo sostenible del sector, en armonía con los derechos fundamentales de las personas y la protección ambiental. He ahí la importancia de implementarla con una visión territorial del desarrollo.

Sin un enfoque, orientado a satisfacer las necesidades específicas de cada región y que busque el cierre de brechas sociales a nivel de todas las regiones, será muy difícil su implementación en el nivel de política de Estado.

RTM: ¿Qué se necesita para lograr ello?

ZG: Necesitamos ser innovadores en este aspecto y responder a las expectativas de la población, buscando mecanismos que compensen las desigualdades entre las regiones, provincias, distritos y comunidades. Se precisa mejorar la redistribución de los recursos mineros (canon), así como implementar mecanismos de trazabilidad del canon para su uso efectivo.

RTM: En el último proEXPLO se puso en cuenta, nuevamente, el enorme potencial geológico que el Perú posee. ¿Cuál debería ser el horizonte, en adelante, para afianzar la competitividad minera y que esta sea trazable?

ZG: Desde siempre, nuestro potencial geológico ha sido notorio. Somos un país destacado en el mundo en ese aspecto y los ojos de los prospectores y exploradores globales están siempre puestos sobre nuestros depósitos y su potencial. Sin embargo, la exploración requiere de un marco y condiciones para que se pueda incentivar.

En los últimos años, esta labor ha decaído en forma significativa, comprometiendo los años venideros tanto en el descubrimiento de nuevos depósitos como en la reposición de reservas de las operaciones existentes. El caso del oro en la última década es dramático, no solo en la caída de producción, sino también en la prospección y las exploraciones.

Debemos tener siempre en mente que no todos los metales tienen los mismos ciclos de vida; mientras que la industria del cobre tiene ciclos de gestación y operación relativamente largos, los metales preciosos son de ciclos de vida relativamente cortos, esto es un factor clave a la hora de implementar regulaciones para la exploración.

RTM: Entonces, ¿en el último periodo se ha valorado el tratamiento ambiental de la exploración como si fuera el de una actividad operacional?

ZG: En los últimos años, el tratamiento ambiental de la exploración ha sido de una rigurosidad propia de una actividad operacional, lo que no solo ha retrasado proyectos, sino que ha impedido desplegar mayores esfuerzos exploratorios.

De 1 000 prospectos, solo 100 llegan a exploraciones, 10 podrían pasar a fases de estudios avanzados y, finalmente, 1 o 2 podrían llegar a convertirse en operaciones. Ante ese ratio de éxito, sin duda tenemos que mejorar nuestra competitividad si queremos atraer a mucho más prospectores y exploradores.

Considero que los puntos débiles de nuestra competitividad, en el campo de las exploraciones, se encuentran en el aspecto regulatorio y la interacción con las comunidades.

RTM: Entonces, ¿es necesario un nuevo modelo para incentivar las exploraciones mineras en nuestro país?

ZG: Sin ninguna duda. De hecho, la Comisión para el Desarrollo Minero Sostenible manifestó que ese punto es estratégico, puesto que en su informe se indica que el Estado debe enfocar sus esfuerzos en promover la exploración, dada su implicancia en el desarrollo del sector.

Aquí hablamos no solo de gestionar el potencial minero del país, sino también de expandir las operaciones existentes para asegurar la contribución fiscal, el empleo y las actividades relacionadas.

Como mencioné anteriormente, el tema regulatorio es el principal aspecto que impacta actualmente en nuestra competitividad, por ello es necesario implementar un nuevo modelo que permita dinamizar la prospección y la exploración. Se han hecho esfuerzos en cuanto a mejorar la coordinación entre entidades del Estado, pero aún se requiere mejorar ese aspecto en donde la integración juega un papel clave.

RTM: También se requiere el diseño de procedimientos sencillos y predecibles…

ZG: Así es. Medios que se adapten a la temporalidad y envergadura de las actividades prospectivas y exploratorias, más aún por su bajo nivel de impactos ambientales y su tasa efectiva de conversión en operaciones mineras; sin embargo, esto no implica que no se deban proteger los derechos de las comunidades, al contrario, se deben asegurar.

El entendimiento de un marco de esta naturaleza debe ser fácilmente comprendido por las comunidades, las empresas y el Estado, quien finalmente tiene que ser el que lidere el proceso.

RTM: ¿La tecnología podría ayudar, en gran medida, a lograr ese objetivo?

ZG: Es, más que nada, un aspecto de naturaleza humana, en el que necesitamos trabajar en 2 aspectos: el desarrollo y la adaptación. El proceso de diseño de marcos regulatorios debe, en principio, alinearse con los intereses nacionales, de los ciudadanos, y, finalmente, de quienes impacte directamente.

En la última parte podría estar el detalle, tanto en la naturaleza y temporalidad de las actividades prospectivas y exploratorias, como en las comunidades. Como mencionamos, el ratio 1000/100/10/1-2 requiere ser entendido por todas las partes, especialmente las comunidades, al igual que el impacto real de la actividad en el medio ambiente.

La exploración es una actividad de muy bajo impacto ambiental, a la cual se ha sobreregulado innecesariamente. En mi opinión, el Estado tiene un rol de liderazgo y facilitación fundamental en este aspecto.

RTM: Por otro lado, el sector minero peruano generó más de S/ 127,000 millones para el erario nacional, a través de impuestos y contribuciones, en las últimas dos décadas. En situaciones como la actual, ¿esto ayuda a generar mayor beneficio y seguridad hacia la población?

ZG: Claramente. Sin embargo, el esquema de redistribución actual no ha sido efectivo. Es evidente que se necesita buscar una solución distinta que permita realmente hacer tangible esa recaudación, en especial del canon y su impacto directo en las comunidades alrededor de las operaciones mineras.

Bien sabemos los que estamos en el sector que la minería es la columna vertebral de nuestra economía y recaudación fiscal, pero la percepción común es que no es así y que los beneficios no compensan el impacto. Esta respuesta podría decirse que es casi natural para quienes no están en el sector, y mucha de la responsabilidad es de nosotros, los que estamos en la actividad y hemos hecho poco por comunicar –eficazmente– en las últimas décadas.

Necesitamos ver a la minería como un vehículo para el progreso, como una oportunidad de desarrollo, y si bien hemos sido bendecidos por un gran potencial geológico, necesitamos trabajarlo. Eso implica primero descubrirlo, estudiarlo, desarrollarlo, operarlo y cerrarlo, un ciclo bastante extenso y de carácter generacional, puesto que lo que descubrimos hoy beneficiará a nuestros hijos y sus hijos.

RTM: En uno de los espacios de Rumbo a PERUMIN se mencionó que en el caso de Challhuahuacho (Apurímac), la tasa de pobreza cayó de 77% a 39%, entre 2013 y 2018, por los ingresos que genera la minería. ¿Cómo lograr mayor disminución de la pobreza en los distritos y provincias mineras?

ZG: El aporte mencionado se refiere, prácticamente, a una sola operación: Las Bambas de MMG, que fue responsable de 1% del PBI. Si tuviésemos 4 o 5 operaciones de esa dimensión, sin ninguna duda los resultados serían contundentes.

Rudy Laguna, del Centro para la Competitividad y Desarrollo, presentó un estudio en el cual mostraba las tasas de reducción de pobreza en el país, con y sin minería, y tenían una diferencia neta de 15.3 puntos, de 20.2% a 35.5% al año 2019. Esto indica que el impacto sobre el total es de 43% de la reducción.

El número es contundente en cuanto a la importancia de la minería en la reducción de la pobreza; sin embargo, lo más impactante fue ver el estimado de crecimiento con la realización de la cartera de proyectos mineros actualmente conocidos, la cual nos regresaría a tasas de crecimiento del 6% anual y podría duplicar el PBI per cápita al 2035.

Si a estos números le agregamos los nuevos descubrimientos, sin duda llegaríamos mucho antes a esa meta. No obstante, es necesario entender que después de descubrir, se necesita estudiar, desarrollar y operar; un ciclo largo que mientras más postergamos, merma en las oportunidades de miles de peruanos.