Pablo de la Flor: "El proyecto Tía María adquiere una relevancia y una urgencia aún mayor"

Desde el inicio del estado de emergencia y de la cuarentena, para evitar los contagios de COVID-19, se dispuso que la actividad minera cese actividades de manera parcial. “No todos los yacimientos mineros están habilitados, se hizo diferencias. Aquellos que están en total aislamiento están permitidos, sin ningún contacto con la parte externa. Aquellos yacimientos que tenían sus campamentos en el radio urbano, estaban imposibilitados de trabajar. Solo para materias ambientales y de salud”, recordó el presidente del Consejo de Ministros, Vicente Zeballos, quien agregó que en la empresa Antamina existe casos de contagios focalizados y oportunamente identificados.

Ante ello, el director ejecutivo de la Sociedad Nacional de Minería, Petróleo y Energía, Pablo de la Flor, explicó a un medio local que se implementaron nuevos protocolos,con la finalidad de evitar que la salud de los trabajadores se vea afectada. Además, remarcó la necesidad de impulsar el proyecto Tía María, para impulsar la economía nacional tras la crisis sanitaria.

¿Cuál es la situación del sector respecto a la crisis provocada por el COVID-19?

El sector minero, respondiendo a los requerimientos del Gobierno, contrajo al mínimo indispensable el personal que se mantenía en las operaciones. Pasamos de tener 60 mil trabajadores mineros en faenas distintas a 20 mil. Se suspendieron los relevos en las guardias y se han mantenido las operaciones críticas indispensables. Esto ha significado el 60% de la producción minera durante el mes que llevamos de realizada la cuarentena. Tenemos la expectativa de poder retomar las actividades rápidamente, por ello -para salvaguardar el bienestar de la fuerza laboral- vamos a implementar protocolos muy exigentes en materia de salud. Creemos que en el corto plazo estaríamos en condiciones de retomar los niveles que teníamos antes de la cuarentena.

¿Cuál será el impacto negativo que se advierte?

El ejemplo más emblemático es la minera Cerro Verde, uno de los principales productores de cobre del Perú. Han suspendido sus operaciones y en este momento no están produciendo concentrado de cobre. Esto naturalmente va a tener un impacto negativo. Todos estamos afectados, buena parte de las operaciones han sido suspendidas y por ello hemos tenido problemas serios en el abastecimiento de insumos críticos.

¿Y el impacto negativo respecto a las zonas de influencia?

La minería es la principal fuente de ingreso para comunidades, gobiernos regionales y locales en zonas remotas, donde ninguna otra actividad tiene presencia. En consecuencia, son menos exportaciones, menos impuesto a la renta, menos regalías, menos canon para las regiones y menos impuestos para el erario nacional. Estamos frente a una de las caídas más importantes del PBI que se debe haber registrado en los últimos 20 años, con una recesión bastante fuerte. De ahí la gran relevancia de retomar los niveles de producción para mitigar los efectos negativos.

Se impulsará de todas las maneras posibles al sector, ¿esto significa requerir nuevamente al Gobierno la viabilidad de Tía María?

El proyecto Tía María adquiere una relevancia y una urgencia aún mayor a la que tenía antes, por el hecho de que en este momento necesitamos poder atraer toda la inversión posible, a fin de suplir este paro económico que vivimos. Que mejor manera de hacerlo que implementar un proyecto que está, literalmente listo, para de manera rápida desplegar esa inversión que el país necesita. Estamos hablando de más de US$ 1 400 millones que podrían agregar un punto porcentual más al crecimiento del país, justo en momentos donde la economía esta experimentando una contracción importante.