Smart Mining: cuatro ventajas de digitalizar su mina

Las minas inteligentes están en auge, pero no son ni mucho menos omnipresentes. Esto se debe a que sigue habiendo una serie de barreras a la adopción de nuevas tecnologías en el sector minero.

Por un lado, las minas son internamente competitivas y están compartimentadas, de modo que las minas gestionadas por la misma empresa compiten entre sí en materia de seguridad, productividad y otras medidas. La política interna y la falta de cooperación dentro de las empresas mineras dificultan la implantación de nuevas tecnologías, que requieren esfuerzos concertados de todos los departamentos para facilitar la integración y la innovación de los sistemas.

Además, los operadores mineros suelen desconfiar de los servicios en la nube y las soluciones de IoT, ya que suelen tener una actitud muy protectora hacia sus datos. Esto se deriva no solo de una desconfianza generalizada en el sector hacia las nuevas tecnologías, sino también de experiencias negativas en el pasado con grandes empresas "fiables" que, por ejemplo, han sufrido escándalos de piratería informática.

Estas barreras están haciendo que muchas minas sean cada vez menos competitivas y más costosas, a medida que otras que dan el paso empiezan a cosechar los beneficios de la digitalización. En este artículo, echaremos un rápido vistazo a cuáles son estos beneficios.

Reducir los costes operativos

La supervisión inalámbrica puede utilizarse para crear "minas inteligentes" con costes operativos mucho más bajos que sus predecesoras "analógicas". Las minas inteligentes son esencialmente aquellas cuyos activos clave están digitalizados mediante sensores integrados que transmiten datos a un sistema central a través de una red inalámbrica. De este modo, los operadores mineros pueden ahorrar dinero no sólo en mano de obra, ya que no es necesario realizar lecturas manuales de datos in situ, sino también porque se suprimen los costosos cables y su mantenimiento.

Las minas no sólo ahorran dinero eliminando estos costes innecesarios: los operadores que también utilizan una solución de Inteligencia Operativa (OI) como parte de su red inalámbrica son más capaces de predecir incidentes y mantener sus instalaciones de forma más coherente, lo que les ahorra mucho dinero al evitar incidentes que pueden detener por completo las operaciones durante semanas o meses. Así, las minas inteligentes tienen un mayor retorno de la inversión y son más competitivas que las minas tradicionales.

Automatizar más fácilmente las operaciones

Las minas inteligentes con tecnologías ya integradas pueden automatizar sus operaciones más fácilmente que las que se quedan atrás en la adopción tecnológica. Por ejemplo, los operadores mineros pueden aprovechar su red inalámbrica existente de sensores integrados instalando software de automatización que les permita no sólo controlar a distancia los activos estáticos y móviles, sino también programar la interacción automatizada entre ambos. Los camiones automatizados son un gran ejemplo de ello, ya que se basan tanto en la red física de sensores como en el software programado y controlado a distancia para realizar de forma autónoma operaciones mineras que antes necesitaban una flota de conductores de camiones. Digitalizar una mina de una manera -por ejemplo, instalando una red inalámbrica de sensores para realizar lecturas a distancia- puede facilitar así una mayor digitalización, como la automatización de procesos mineros clave.

Mantener la seguridad de los trabajadores

La seguridad de la mano de obra es una cuestión importante para las minas, que suelen ser lugares de trabajo muy peligrosos para el ser humano. Cuando se rompen presas, por ejemplo, tanto los trabajadores como quienes viven en los alrededores de las minas pueden sufrir daños o incluso perder la vida. Los trabajadores que realizan lecturas manuales en zonas remotas y de difícil acceso corren un riesgo especial de sufrir daños. La automatización de los activos móviles, como los camiones, en las minas, y la posibilidad de realizar lecturas inalámbricas y remotas eliminan la necesidad de que haya personas in situ, lo que aumenta enormemente la seguridad de los trabajadores. El análisis predictivo y la información que ofrecen las soluciones de inteligencia artificial permiten a los operadores mineros prever y prevenir mejor cualquier incidente peligroso, como la rotura de presas. 

El seguimiento de la mano de obra, que se realiza a través de dispositivos portátiles conectados de forma inalámbrica, también ayuda a los operadores a coordinar a sus trabajadores de forma más eficaz y, por ejemplo, advertirles de que no vayan a determinadas zonas del emplazamiento si se ha producido un incidente. De este modo, las minas inteligentes reducen enormemente las posibilidades de que se produzcan daños humanos en los procesos mineros a largo plazo, disminuyendo la tasa de incidentes mineros mediante el uso de las nuevas tecnologías como principal herramienta de predicción y mantenimiento.

Supervisar los activos operativos

Como ya se ha mencionado, la supervisión inalámbrica y el mantenimiento predictivo, facilitados por las soluciones de OI, permiten a los operadores mineros supervisar de forma remota y constante los activos operativos, como las presas, para asegurarse de que no sufren daños. La captura de datos digitales en tiempo real está sustituyendo gradualmente a las costosas lecturas manuales de datos operativos críticos como la presión del agua de los poros, cuyo nivel puede tener un efecto enorme en los activos en un espacio de tiempo muy corto. Si la presión del agua de poros aumenta repentinamente, una presa puede romperse muy rápidamente. Con las lecturas manuales, la presión del agua de poros sólo puede medirse de vez en cuando, lo que significa que un pico podría pasar desapercibido durante demasiado tiempo, ejerciendo una presión indebida sobre activos críticos como las presas. Sin embargo, con las lecturas digitales en tiempo real, los operadores pueden supervisar continuamente los niveles de presión del agua de poros, lo que les proporciona nuevas capacidades para aplicar medidas que reduzcan estos niveles y, a su vez, proteger sus activos clave y, en consecuencia, a sus trabajadores de daños inminentes.