“El sector minero tiene mucho que decir cuando de cambios globales se trata”

Revista Tecnología Minera (RTM): ¿Cómo podemos medir o valorar la asociatividad dentro del sector minero?

Pamela Antonioli (PA): El sector minero tiene un gran potencial para generar acciones asociativas por dos razones: la primera, porque se pueden trabajar configuraciones con enfoque territorial; y la segunda, porque es un sector en el que las empresas mineras no compiten directamente, se puede hacer innovación abierta horizontal, a través del compartir de experiencias y soluciones.

Ello significa que hay facilidad para generar espacios de colaboración.

Es lo que hacemos en el Hub, donde el hecho de poder difundir, contar o discutir, ayuda a que los interlocutores puedan ahorrar en el camino de la innovación, viendo las cosas que pueden funcionar o las que no, a través de la experiencia de los pares.

RTM: ¿El Hub de Innovación Minera tiene una cartera de portafolios o proyectos?

PA: Claro. Dada nuestra naturaleza asociativa, tenemos una cartera de proyectos o de iniciativas de innovación, de las cuales algunas son únicamente para una sola compañía y en otras participan varias empresas, ya sea cada una por su lado o a través de un proyecto conjunto.

Es así que, en base a ello, una métrica que suele ser utilizada por nosotros es sobre el porcentaje de ese portafolio que es colaborativo; es decir, cuales iniciativas recogen la participación de más de una empresa.

RTM: ¿Se ha fortalecido y/o aumentado la cultura innovadora durante la actual pandemia?

PA: De manera general, creo que el COVID ha hecho que la gente se vea forzada a hacer las cosas en forma diferente; por un lado, considero que eso puede ser interesante, porque nos ha llevado a bajar un poco la resistencia al cambio, algo que se necesitaba y se necesita, sobre todo, con la menor incertidumbre posible.

Sobre ese punto, hemos visto que algunas empresas de la industria se han tenido que adaptar muy rápido y reajustar las cosas, en un contexto en el que el conocimiento se iba generando en el marco de una situación que afectaba la salud y vida de las personas.

RTM: Es decir, un cambio de cultura...

PA: Culturalmente, creo que ha sido un momento en el cual, si hay que verle el lado positivo, es que ha permitido a las empresas afrontar crisis a partir de hacer las cosas con un enfoque contrario al actual.

La minería es uno de los sectores que no ha estado o que ha tenido muy poco tiempo de cuarentena; han sido bastante resaltables los planes para retomar, ajustar o incorporar el conocimiento que se iba generando.

RTM: Hay desafíos que no son exclusivos de la minería, pero que han tenido éxito. ¿Se han identificado las soluciones que quizás se hayan perdido de vista para favorecer al sector minero?

PA: Definitivamente, ahora hay desafíos que van más allá de la minería y podemos hablar de, incluso, a nivel global. El cambio climático es uno de ellos; la transición energética también.

Aquí es interesante ver como el sector puede ser un gran agente de cambio o de proyectos de gran envergadura para este tipo de problemáticas globales.

Sabemos que se va a necesitar 6 veces más minería, para poder afrontar las nuevas tecnologías que nos llevarán a dejar, por ejemplo, los combustibles fósiles. El reto es, entonces, que la actividad minera siga avanzando en el camino de la sostenibilidad, a través de tecnologías que sean cada vez más limpias y de la adopción de un enfoque de economía circular.

RTM: Son cambios de gran incidencia a nivel global...

PA: Considero que el sector minero tiene mucho que decir cuando de cambios globales se trata; además, recordemos que la industria en el Perú es de altos estándares, con empresas que están presentes en todo el mundo.

Tenemos ese enfoque; pero –a la vez– territorialmente la minería se ejerce en lugares remotos, por lo que se requiere, también, un enfoque a nivel local.

Es sumamente interesante cuando se abordan retos, tener presente este enfoque “global”, y requiere un mayor esfuerzo para que la innovación genere valor compartido, más allá de la mina, como por ejemplo alineados a los ODS.

RTM: ¿Se han cerrado brechas respecto a la infraestructura de conexión?

PA: El tema de conectividad sigue siendo un reto por abordar. Es fundamental, dada la pandemia y la necesidad de, por un lado, integrar las tecnologías ; mantener y optimizar las actividades productivas y, por otro lado, involucrar al ecosistema a través de acciones de corte social, de educación, entre otras.

Se han probado diferentes alternativas para llevar internet a otros lugares. En nuestro caso, hemos tenido proyectos que exploran alternativas en ese sentido; a su vez, las mineras están buscando, permanentemente, conectividad con infraestructura compartida.

Muchas de las compañías han adoptado soluciones que enlazan, a la interna, sus procesos. Pero uno de los grandes retos que queda pendiente es sobre cómo aprovechar –al máximo– esta infraestructura, con una mirada de valor compartido.

RTM: ¿Falta redireccionar el enfoque multiactor que la minería necesita?

PA: Es un esfuerzo continuo y constante. Cada vez somos más conscientes, en la minería y otros sectores, que tenemos incidencia en el ambiente en el que nos desarrollamos y que somos parte de un ecosistema.

Habrá momentos donde podrá ser más fácil articular, y otros que no lo serán tanto. En los últimos meses nos han tocado situaciones complejas, en términos de contexto, pero eso no quiere decir que lo de concertar ha aparecido recién ahora. Son esfuerzos que han estado desde antes.

La relevancia de tener una operación en armonía con el entorno, es algo que ya viene desde hace un tiempo atrás y que, a cada momento, se vuelve más urgente y prioritario.

RTM: De la mano de la innovación, ¿qué otras maneras de generar valor, para las zonas de impacto directo, se han explorado en la industria?

PA: Nosotros, a través de la innovación, tenemos 3 principios rectores para estrechar lazos, siendo uno de ellos el acercar propuestas innovadoras del ecosistema.

Ahí generamos valor, porque el simple hecho de ser un programa asociativo, nos permite observar ello desde una mirada de conjunto, lo que podría equivaler a poder replantearlo.

Cada vez que viene una nueva propuesta, tratamos de analizarla a través de interrogantes que van más allá de la innovación misma: ¿Será que esto se puede trabajar en forma colectiva? ¿Será que añade valor y se le puede dar un enfoque ecosistémico, territorial?

RTM: A través de ese actuar, la innovación se mantiene como eje...

PA: De todas maneras. Siempre tratamos de hacer este doble clic, dado que si hay una innovación que genera interés en dos empresas, dentro de una región, vamos a ir a tocar la puerta de la empresa que está ahí, sea o no sea socia.

Entonces, creo que más allá de la innovación per sé, la colaboración como eje del Hub nos ayuda a que esa solución pueda, según sea el caso, tener menor incertidumbre o mayor impacto.

RTM: Siendo un tema que está en boga, ¿cómo sitúa el rol de la mujer en la minería?

PA: Como en todo espacio, la diversidad es uno de los factores que más contribuye a la innovación. Diferentes puntos de vista o enfoques, hacen que esa propuesta de valor sea más sólida.

La equidad de género da una perspectiva distinta, sobre todo en un sector que, cuando se ven las estadísticas, es predominantemente ocupado por hombres; sobre todo en algunas posiciones y áreas.

En la parte operativa, por ejemplo, no se observa la presencia de muchas mujeres.

RTM: ¿Podría decirse que, actualmente, los objetivos se basan en cerrar la brecha de género?

PA: Es para destacar que las empresas estén trabajando en cerrar esta brecha de género. Ya hay esquemas en el ecosistema, como el programa Talento Mujer –de nuestro aliado Cetemin–, la iniciativa Women In Mining Perú y hasta en el mismo Hub, lugar en el que la mayoría somos mujeres y desde donde se contribuye con el objetivo que se busca.

Hay empresas que ya se pusieron la meta para que al 2030, se trabaje con un cierto porcentaje de mujeres.

Estas no son actitudes pasivas, sino bastante proactivas, las cuales buscan la incorporación de mujeres, en línea con ese poco más de 50% que representan las mujeres en la población en general.